En la actualidad, toda empresa busca mejorar su productividad, y las herramientas tecnológicas ayudan en esta tarea si son bien usadas. El responsable para el Cono Sur de América Latina de EMC, Jose Brunfman, explicó a La República.pe un poco más el Cloud Computing y su beneficio para las instituciones que la utilizan.
¿En qué consiste el Cloud computing?
Es una nueva forma de consumir los recursos tecnológicos,
que surge para dar respuesta a demandas muy concretas del mercado. Algunas de
esas demandas tienen que ver con:
- La necesidad de procesar volúmenes gigantes de información
que crece exponencialmente, en un mundo
de 7 mil millones de personas
- La necesidad de ser más eficiente en el consumo de
recursos tecnológicos, pagando exclusivamente por lo que se usa, en el momento
en que se usa.
- La necesidad de reducir los tiempos de salida al mercado
de productos y servicios
- La necesidad de reducir la complejidad, en un mundo donde
se calcula que próximamente habrá más
dispositivos conectados a internet que personas.
En otras palabras, la computación en nube más que una
tecnología es un concepto, donde la tecnología es un instrumento para lograr
flexibilidad, autoservicio, pago por uso y escalabilidad.
¿Cuál es la importancia del Cloud computiing en las
empresas?
Las empresas cada día perciben con más claridad que las la
implementación de una solución de computación en nube les va a permitir bajar
costos operativos y de capital, crecer en la medida que el negocio lo necesite,
responder rápidamente a los cambios en mercado y reducir el impacto que ataques
o desastres naturales pueden generar en la continuidad del negocio.
Una de las “bellezas” de la computación en nube es que se
adapta al nivel de madurez que tenga una organización, y cada uno podrá
explotar sus conceptos en función de esa madurez.
Las empresas con presencia en múltiples sitios implementan
muchas veces nubes privadas, federando centros de procesamiento de datos
dispersos lo que les permite:
Ejecutar sus aplicaciones en el sitio que más convenga en un
momento dado, en función de la carga y los costos operativos (ejemplo:
electricidad, refrigeración, etc).
Estar protegidos en caso de la caída de uno de los sitios
productivos.
Establecer un catálogo de servicios formalizado que responda
a las demandas de cada uno de los departamentos.
Racionalizar el uso de los recursos computacionales,
cobrando a cada departamento en función del uso de los mismos.
Simplificar los procesos de aprovisionamiento de servidores,
redes, almacenamiento e incluso de un data center. Reduciendo los tiempos en
algunos casos en más de un 80%.
Otras empresas, en cambio, adscriben a nubes públicas y
hacen uso de los recursos ofrecidos por un service provider, con un inmediato
ahorro en costos.
Por lo general, vemos nubes mixtas, donde la organización es
dueña de algunos de los recursos de la nube y arrenda otros. Un claro ejemplo,
son aquellos que implementan una nube privada, pero vinculada a la nube pública
de un service provider, de la que utilizan recursos en caso de alta demanda y
también como sitio de contingencia.
¿Este sistema es igual para cualquier tipo de empresa?
Los conceptos son idénticos para todos. Automatización, pago
por uso, orquestación, auto-servicio, etc. Pero como dije antes, la forma en
que cada uno los lleva a la práctica es singular y depende de los casos de
negocio, la problemática particular que quiera resolver y por supuesto, el
presupuesto del que se dispone.
¿Cuáles son los pasos que se deben seguir para construir una nube privada que interactúe con
las nubes públicas?
Hay distintos niveles de integración. Y no es lo mismo
integrar nubes que provean infraestructura, plataformas o aplicaciones como
servicio.
En el primer caso, tenemos clientes que aprovechan
tecnología de EMC para generar almacenamiento virtual activo-activo de manera
que las aplicaciones puedan ejecutarse de forma transparente en la nube privada
del cliente o en la nube pública de un service provider que le está proveyendo
servicio.
En el segundo caso, existen en el mercado muchas ofertas de
service providers que ofrecen sus nubes para montar de forma rápida ambientes
de desarrollo, de testing o Q/A integrados con los procesos del departamento de
desarrollo.
En el tercer caso, prácticamente todas las corporaciones
utilizan los servicios de aplicaciones como servicio para por ejemplo, la
rendición de gastos corporativos, la reserva de pasajes e incluso temas muy
sensibles como el manejo de contactos y oportunidades comerciales.
En definitiva, la integración de la nube privada con la
pública depende de los resultados que se desea obtener. Y el esfuerzo necesario
para llegar a esa integración va a depender de la utilización software que
actúe como “conectores” entre esas nubes.
No quiero dejar de destacar que VMWare está invirtiendo fuertemente en el desarrollo de una nueva
generación de aplicaciones “cloud-aware” con herramientas y plataformas
renovadas que permitirán ser agnósticas
de cualquier tipo de nube y aprovechar las características de cada una. EMC
apoya estas iniciativas, que en mi opinión, son los verdaderos diferenciales
donde se dará la discusión respecto de qué tecnología adoptar a la hora de
desarrollar aplicaciones específicamente para la nube. El objetivo es que en el
futuro, cualquier aplicación
desarrollada con estas herramientas y plataformas pueda ejecutarse de manera
ubicua , en la nube del cliente o en la del proveedor de servicios.
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